1º Reyes 7:1

1º Reyes 7:1 “Después edificó Salomón su propia casa en trece años, y la terminó toda”.

Si analizas con detenimiento este versículo podrás identificar con facilidad cual era la prioridad en la vida del rey Salomón. Este hombre primero se esforzó y trabajó arduamente para edificar el templo de Dios, y una vez que la casa de Dios en la tierra estuvo terminada entonces comenzó con la edificación de su propio hogar. En otro momento de la historia vemos que sucedió todo lo contrario. Los israelitas cuando regresaron del exilio en Babilonia vivían muy cómodos en sus casas, pero el templo aún estaba pendiente de reconstruir.

Lo primero en nuestras vidas debería de ser trabajar, colaborar y extender el gran reino de Dios en este mundo. Nuestro corazón debe amar tanto a la iglesia universal como a la iglesia local donde te reúnes con tu familia en la fe. Haz todo lo que puedas y todo cuanto esté en tu mano para edificar el reino y la iglesia de Dios. No hay nada mejor donde puedas invertir y desgastar tus recursos, tu esfuerzo y tu tiempo que en la iglesia del Dios vivo.

No inviertas tu vida en tu pequeño y diminuto reino. Por supuesto que es importante mantener y cuidar tu casa, pero recuerda que ese lugar es completamente pasajero. Ama la iglesia del Señor, trabaja por la iglesia del Señor y haz todo lo que puedas para que el lugar donde te congregas sea un lugar digno para Dios y para las almas que necesitan escuchar el glorioso mensaje del evangelio.