2ª Corintios 4:18

2ª Corintios 4:18 “Por eso, no nos fijamos en las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”.
 
Pablo con la intención de consolar y animar a los creyentes que estaban atravesando diversos sufrimientos, les recordó a todos la gloriosa esperanza que tenemos de estar con Cristo. Los cristianos podemos encarar las pruebas con gozo porque sabemos que tras la muerte nos espera una hermosa eternidad sin ningún tipo de dolor ni aflicción. Las personas de este mundo que no tienen fe viven solo por aquellas cosas que ven con sus ojos, lo importante y valioso es solo lo físico, pero se olvidan que todo aquello que vemos y existe en algún momento desaparecerá para siempre.
 
Nosotros gracias a Dios tenemos fe y a través de ella podemos creer y ver con los ojos espirituales todo aquello que está reservado en los cielos. Nosotros seguimos avanzando en medio del sufrimiento poniendo nuestra mirada en todo lo que no se ve pero que es valioso y eterno. De la misma manera que un corredor en una maratón lucha, se esfuerza y se sacrifica porque sabe que tras la meta le espera un gran premio, nosotros los hijos de Dios corremos la carrera poniendo nuestros ojos en Jesucristo y en la herencia que él tiene preparada para cada uno de sus seguidores.
 
No nos dejemos engañar y seducir por aquello que es material, porque como dice la palabra de Dios el mundo y sus deseos pasan. El diablo tratará por todos los medios de hipotecar nuestro tiempo y enredar nuestras almas con las cosas que se ven, con todo lo que perece y tiene fecha de caducidad. Levantemos nuestra mirada con fe y recordemos cada día que lo mejor está por venir.