2º Reyes 2:9 “Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea arrebatado de tu lado. Eliseo dijo: Te ruego que me dejes una doble porción de tu espíritu”.
La relación que había entre el profeta Elías y su discípulo Eliseo era algo realmente hermoso. En estos momentos de la historia Elías estaba a punto de ascender a los cielos y Eliseo por el contrario estaba a punto de comenzar su ministerio sin aquel que había sido su mentor y su fiel maestro.
Justo antes de ser arrebatado, Elías le dijo a su discípulo Eliseo que le pidiera lo que quisiera. Eliseo se encontraba ante la pregunta del millón. Piensa por unos momentos que responderías tu si alguien con poder te dijera que puede darte lo que pidas. Muchas veces nuestro corazón puede anhelar cosas materiales o superficiales, otras por el contrario podemos pedir cosas buenas y licitas que apuntan directamente a nuestra felicidad, pero en el caso de Eliseo él pidió una doble porción del espíritu que tenía el profeta Elías.
Eliseo sabía perfectamente que no podría comenzar su ministerio y que no podría hacer absolutamente nada sin la intervención y la capacitación del Espíritu Santo. Esto es lo que nosotros debemos buscar, anhelar y pedir cada día al despertar. Todos aquellos que somos hijos de Dios contamos con la persona del Espíritu Santo en nuestro interior, pero algo que necesitamos cada mañana es llenarnos del Espíritu Santo. Pide, clama y pelea para tener más de Dios en tu vida. Al igual que hizo Eliseo con Elías, aférrate a tu fiel y amado maestro que es Cristo y pídele una doble porción de su Espíritu.