2º Reyes 9:37 “y el cuerpo de Jezabel será como estiércol sobre la faz de la heredad de Jezreel, de manera que nadie pueda decir: Esta es Jezabel”.
Si conoces un poco sobre la Biblia sabrás que una de las mujeres más malvadas y despiadadas que existieron fue la reina Jezabel. Ella fue una mujer que influenciaba de manera negativa a su marido y a todos los que la rodeaban. Era vengativa, rencorosa y promovía la adoración a los dioses paganos. Hoy miles de años después muchas personas para hacer referencia a la mala actitud de alguien suelen decir que esta poseída o influenciada por el espíritu de Jezabel.
Esta mujer, mientras se encontraba viva, y al igual que otros muchos villanos que han existido a lo largo de la historia, se sentía poderosa e invencible, pero la realidad que debemos recordar es que en medio de tanta maldad e injusticia los malvados jamás se saldrán con la suya. El Dios justo, un día no muy lejano juzgará cada una de nuestras obras. El Señor había profetizado una muerte terrible sobre Jezabel y ese día llegó. Su cuerpo quedó completamente destrozado e irreconocible.
Por supuesto que como creyentes no debemos desear el mal para nadie, ni siquiera para aquellos que son tan malos como Jezabel. Nuestra función mientras los malvados estén vivos es orar para que se conviertan y se vuelvan al Señor en arrepentimiento y fe. Debemos dejar que sea Dios y solo Dios el que juzgue y castigue a su debido tiempo. No busquemos en ningún momento devolver el mal o vengarnos, descansemos en la soberanía de Dios y recordemos siempre, como dice la palabra, que la venganza es del Señor.