2º Samuel 11:1

2º Samuel 11:1 “Aconteció al año siguiente, en el tiempo en que salen los reyes a la guerra que David […] se quedó en Jerusalén”

David no sólo fue el joven valiente que, confiando en el Señor, venció al gigante Goliat. David también fue el hombre que mandó asesinar a Urías para ocultar el pecado que había cometido con Betsabé. Esta es una de las escenas más tristes y terribles en la vida de David. Esta situación le trajo problemas y consecuencias el resto de su vida. Su decadencia espiritual comenzó simplemente por no estar en el lugar que le correspondía.

El versículo es realmente claro, era el tiempo en el que los reyes salían a la guerra, pero David decidió quedarse disfrutando de las comodidades del palacio. El creyente debe entender que, mientras estemos a este lado de la eternidad, nos encontramos en medio de una guerra espiritual. Por ese motivo se nos aconseja vestirnos cada día con toda la armadura de Dios. El creyente que se despista, que se duerme en los laureles y vive con el pijama calentito en el sofá viendo series, seguramente sufrirá muchas consecuencias.

El diablo no viene a robarte la cartera, el diablo viene con la intención de hurtar, matar y destruir. Jesús nos lo dijo muy claramente: debemos “velar y orar para no entrar en tentación”. No es tiempo de dormir en el palacio, es tiempo de colocarnos al frente de la batalla. Levántate, coge las armas espirituales y pelea por tu por tu familia, por tu iglesia y por la santidad de tu alma.