2º Samuel 5:4 “Tenía David treinta años cuando comenzó a reinar; y reinó cuarenta años”
David estuvo esperando que llegara este momento muchos años. Desde que fue ungido por el profeta Samuel hasta que por fin tuvo la corona sobre su cabeza sucedieron muchísimas cosas. Casi media vida estuvo huyendo de Saúl sin poder disfrutar de su llamado como rey, pero una vez más y como siempre, podemos ver que los propósitos de Dios, más tarde o más temprano, terminan cumpliéndose.
En ocasiones, el tiempo y las circunstancias pueden hacernos olvidar o incluso enterrar las promesas, el llamado o los sueños que Dios ha puesto en nuestros corazones. Pero recuerda que Dios jamás llega tarde, Él cumplirá sus promesas y todos sus propósitos en su tiempo se realizarán en nuestras vidas. Después de muchos años, Sara abrazó al hijo de la promesa y José vio su sueño hecho realidad.
No entierres el llamado, las promesas y los sueños que Dios te dio hace muchos años. No importa todo lo que haya sucedido alrededor de tu vida, no pasa nada si has fracasado o si por medio de tus malas decisiones e incluso pecados te has alejado del Señor y de sus caminos. Dios se ha propuesto hacer algo en ti y por medio de ti y Él en su soberanía y providencia lo realizará.