“La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo” Apocalipsis 10:8
A través de estas palabras puedo ver la gran misericordia que Dios ha tenido con nosotros, el Señor ha dado a conocer su voluntad a sus siervos para que lo registrarán todo en las Sagradas Escrituras.
Es impresionante cuando te detienes a meditar y entiendes que Dios desde que creó al primer hombre Adán hasta hoy mismo con nosotros, se comunica y se relaciona con cada uno de sus hijos. Tenemos un Dios cercano que desea hablarnos cada día, por ese motivo debemos estar muy atentos a su voz.
Dios nos habla constantemente por medio de las circunstancias, a través de otras personas, de la oración, del Espíritu Santo y especialmente por medio de su Palabra. El Señor al igual que hizo con el Apóstol Juan también desea hablar contigo, la pregunta que deberíamos hacernos es: ¿estamos dedicando tiempo para escuchar y hablar con nuestro Padre Celestial?
Lo más valioso que tenemos es la comunión y la relación con Dios. Debemos cuidar nuestros tiempos de intimidad y de calidad con el Señor para que siempre sea su voz la que nos sostenga, nos guíe, nos exhorte, nos anime, nos aconseje. No dejes pasar los días sin escuchar la voz de tu Dios.