Efesios 2:8

Efesios 2:8 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no procede de vosotros, sino que es don de Dios”.
 
El Apóstol Pablo comienza este capítulo describiendo con mucha precisión cuál es la condición y el estado espiritual en el que se encuentran los seres humanos. La Biblia enseña que absolutamente todos estábamos muertos en el pecado y alejados de la presencia de Dios. Satanás era el dueño de nuestras vidas y la justa ira de Dios ardía contra nosotros. La realidad es que antes de recibir el evangelio cada uno de nosotros estábamos tan muertos espiritualmente como un cadáver. No teníamos ninguna posibilidad de responder, de actuar, de tomar decisiones o de colaborar para obtener la salvación.  
 
Ante este terrible panorama Pablo nos recuerda que la salvación de nuestras almas la tenemos por la maravillosa gracia de Dios. Somos salvos por la misericordia que Dios ha tenido con nuestras vidas. No había nada de valor en nosotros, no somos más especiales, inteligentes o buenos que el resto de las personas. Dios en su soberanía por amor decidió salvarnos por gracia y entregarnos el don de la fe para que pudiéramos arrepentirnos de nuestros pecados y confesar a Cristo como nuestro Señor y Salvador.
 
Es muy importante que entendamos bien como hemos obtenido la salvación para que en todo momento le demos la gloria a Dios. El nuevo nacimiento o regeneración es una obra que realiza el Espíritu Santo. Jamás olvidemos que éramos enemigos de Dios, aborrecíamos a Dios y estábamos muertos. Si ahora somos salvos y tenemos vida espiritual se debe por completo a la gracia de Dios en Cristo. Pablo quiso dejar también muy claro que todo esto no procede de nosotros, sino que es un regalo que Dios nos ha entregado. Agradece y adora a Dios todos los días de tu vida por haberte elegido y salvado por gracia.