Efesios 5:18

Efesios 5:18 “No os embriaguéis con vino, lo cual lleva al desenfreno; llenaos, más bien, del Espíritu”.
 
En el primer siglo al igual que en nuestros tiempos las personas se embriagaban con el vino y con otras sustancias diferentes. Muchos beben con la intención de divertirse, tratar de ser felices o incluso para olvidar las situaciones complicadas que están atravesando en sus vidas. Son tantos los vacíos que el ser humano tiene en su alma que el diablo trata de engañarnos a través de la bebida. Lamentablemente son muchos los que terminan siendo prisioneros del terrible pozo del alcohol.
 
Aquellos que se embriagan terminan perdiendo el control de sus acciones, sentimientos y pensamientos. Una persona borracha no es consciente muchas veces de lo que dice y de las cosas tan absurdas que hace. Cuando nos embriagamos somos como títeres en las manos de satanás. Pablo quiso advertirnos de los peligros tan grandes que tiene el exceso del vino, pero también uso los efectos de la embriaguez para animarnos y exhortarnos a llenar nuestras almas con el Espíritu Santo.
 
Nuestras vidas necesitan llenarse y embriagarse cada día de la maravillosa persona del Espíritu Santo. Podemos llevar a nuestras almas sedientas a beber del manantial que es Cristo. A través de los diferentes medios de gracia que el Señor nos ha dejado, nuestras vidas pueden llenarse del Espíritu. De la misma manera en que es muy evidente cuando una persona está llena de alcohol, es también muy evidente cuando alguien está lleno del Espíritu de Dios. No dejes que tu alma se embriague del vino para tampoco de ninguno de los placeres que este mundo nos ofrece, busca la llenura del Espíritu Santo que es la única que ofrece gozo y paz al corazón.