Habacuc 3:18

Habacuc 3:18 “Con todo, yo me alegraré en el Señor, me gozaré en el Dios de mi salvación”.
 
El breve libro de Habacuc termina con unas palabras realmente preciosas. En medio de una situación muy oscura y complicada el profeta anima a todos sus lectores a poner siempre la alegría y el gozo en el Señor. Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya fruto y falte el producto del olivo en medio de la maldad, del pecado y de la escasez los cristianos ponemos nuestro contentamiento en Dios.
 
La gran mayoría de las personas de este mundo ponen su identidad y su gozo en las circunstancias, en la salud, la prosperidad y las cosas materiales. El problema de colocar nuestro gozo en alguna de estas cosas es que absolutamente todo esto puede cambiar e incluso desaparecer en un instante. Con demasiada frecuencia permitimos que las circunstancias controlen nuestros pensamientos y por ese motivo tenemos tanta inestabilidad emocional.
 
El profeta nos ofrece la clave del gozo: poner nuestra mirada, nuestra identidad y nuestro contentamiento única y exclusivamente en el Señor. Dios es Dios, Él no cambia, Él es inmutable. El Señor no depende de nada ni de nadie, Él no es como la higuera o las vides que dan más o menos fruto según los factores del tiempo. Siempre podrás contar con la compañía, el abrazo y la presencia de Dios en tu vida. Aunque el mundo se esté rompiendo a pedazos, aunque todo a nuestro alrededor sea un verdadero caos, aunque estemos en la más terrible pobreza, nosotros podemos alegrarnos en el Dios de nuestra salvación.