Jeremías 40:16 “Ha hecho el Señor según lo había dicho, porque pecasteis contra el Señor y no escuchasteis su voz. Por eso os ha venido esto”.
A pesar de las muchas profecías, advertencias y oportunidades que Dios le ofreció al pueblo, estos terminaron revelándose y desobedeciendo a la voluntad del Señor. Pensaron que nada sucedería, pero, finalmente, sufrieron graves consecuencias. Siempre que ignoramos y nos rebelamos contra la voz y el consejo de Dios, sufrimos. Esto fue precisamente lo que sucedió al principio de los tiempos en el huerto del Edén. La humanidad representada en Adán, decidió no escuchar la voz de Dios y comer del fruto prohibido. Desde entonces, estamos sufriendo las consecuencias de nuestro pecado.
Dios, también es glorificado a través de sus juicios, ya que esto demuestra que todo lo que dice en su palabra es verdad. Dios habla muy claramente a través de su palabra. Si oímos y obedecemos su voz, el resultado será gozo y paz, pero si por el contrario no tenemos en cuenta sus mandamientos, lo que nos espera es tristeza y sufrimiento. Confía en la voz del Señor, recuerda que su voluntad siempre es buena, agradable y perfecta.
Evita el dolor que produce el pecado en tu corazón, decide colocarte bajo el yugo del señorío de Cristo. Reconoce a Dios en todos tus caminos, abraza su palabra y disfruta de la plenitud de la vida en el terreno de la obediencia. Dios, como Padre, desea cuidarte y bendecirte, pero para que esto sea posible, debes caminar cogido de su mano, escuchar su voz y obedecer todo cuanto te pida.