Jeremías 41:1

Jeremías 41:1 “Aconteció en el mes séptimo que Ismael vino a Gedalías y juntos comieron pan en Mizpa”.
 
Aunque en estos momentos de la historia había una alianza establecida, la traición de Ismael parece haber sido motivada por sus aspiraciones a gobernar, puesto que era de la familia del rey.  Ismael asesinó a Gedalías, a muchos otros, y, finalmente, salió huyendo para encontrar refugio con los amonitas. Gedalías, cometió un gran error poniendo toda su confianza en Ismael. Qué importante y necesario es pedirle al Señor que nos de discernimiento con las personas. Debemos tener mucho cuidado de no confiar plenamente en aquellos que no tienen temor de Dios en sus corazones.
 
Ismael comió pan con Gedelias bajo una apariencia de piedad y de amistad, aunque las motivaciones de su corazón no eran correctas. Esta escena, nos recuerda precisamente el instante en el que Jesús comió pan con Judas. Gedalías desconocía absolutamente las intenciones de Ismael, pero, por el contrario, el Señor era plenamente consciente de todo lo que estaba tramando Judas, y a pesar de eso, estuvo dispuesto a tratarlo como a un amigo. Ninguno de nosotros seríamos capaces de comer pan y de sentarnos a la mesa con aquellos que nos han herido y traicionado, pero el amor de Cristo es algo realmente espectacular.
 
Cada uno de nosotros al igual que Ismael y Judas, éramos enemigos de Jesús. No le amábamos y teníamos malas intenciones en nuestro corazón, pero a pesar de todo esto, Jesús decidió invitarnos a cenar y nos ofreció el pan de su amistad. Dios no nos ha pagado como realmente merecíamos. Cada uno de nosotros, hemos golpeado y crucificado a su amado hijo, y a pesar de todo eso, el Señor en su misericordia ha decidido ofrecernos su perdón. No olvidemos jamás que hace un tiempo, éramos enemigos de Dios, y ahora, por su preciosa gracia, estamos sentados a la mesa como hijos disfrutando de su amor y de su bendición.