Juan 1:1

Juan 1:1 “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”.
 
El evangelio de Juan comienza mostrándonos qué había antes de la creación. En la eternidad pasada Dios ya existía, Él no estaba solo, Dios no tenía ningún tipo de necesidad, ni tampoco se sentía incompleto porque Dios siempre se ha relacionado entre los tres miembros de la trinidad. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, una comunidad perfecta de amor, de gozo, de paz y de armonía. Juan describe quién es Cristo y cómo era su vida antes de que el mundo existiera. Jesús no fue creado en ningún momento, Él es eterno porque Él es Dios.
 
A través de unas palabras misteriosas, teológicas y muy profundas Juan nos presenta a Jesús como el verbo, el logos o la palabra de Dios. En el primer versículo de su evangelio se nos dicen tres cosas muy valiosas sobre la persona de Jesús. En primer lugar, vemos que Jesús es un ser eterno, Él era desde el principio. En segundo lugar, se nos dice que Jesús estaba con Dios, y en tercer y último lugar Juan afirma que Jesucristo es Dios. Esta es la base y el fundamento sobre el que se construye la fe en el cristianismo.
 
Todo cuanto existe fue creado por Cristo. En Cristo se encuentra la vida porque Él es la vida. Cristo es la imagen del Dios invisible y nadie puede conocer ni llegar al Padre si no es a través de Él. Cristo es el unigénito hijo de Dios, Cristo ha sido, es y será. Cristo es el camino, la verdad y la vida. Cristo es el fiel amado de su iglesia. Cristo es el buen pastor, Él es la puerta, el pan de vida y la luz del mundo. Cristo es la resurrección y la vida, Él es el cordero, pero también es el león. Cristo es el único y suficiente señor y salvador de nuestras almas.