“Cuando escogían nuevos dioses, la guerra estaba a las puertas” Jueces 5:8
Cada vez que el pueblo de Israel se olvidaba del Señor, le daba la espalda y adoraba a otros dioses recibía sufrimientos, calamidades, esclavitud e incluso muerte. Aunque ya lo sepas y lo hayas escuchado infinidad de veces es bueno e importante que recordemos una vez más que la idolatría siempre produce
terribles consecuencias.
Los ídolos tratan de captar tu atención para seducir tu corazón. Cuando un ídolo te conquista comienzas a separarte poco a poco del Señor. Miras a Dios como algo insignificante. Su presencia deja de ser tu prioridad y con el paso del tiempo cambias la relación y el gozo de la vida espiritual por la insípida y asfixiante religión que de nada vale.
Cuando levantas ídolos en tu interior comienzan las guerras. Guerras internas, guerras espirituales, guerras de sentimientos, de pensamientos, de ansiedad y de depresión. La idolatría siempre te pone en guerra con Dios con las personas y con tus familiares. Debemos ser firmes y determinantes para destruir y arrancar de raíz todo ídolo que este desplazando a Cristo del trono de nuestros corazones. No escojas a los ídolos vacíos y superficiales de este mundo. Busca, sáciate y deléitate en el único Dios verdadero, aquel que puede llenar, sanar y restaurar por completo tu alma.