Lucas 1:37 “Para Dios no hay nada imposible”.
Éstas son las impactantes palabras que le dijo el ángel Gabriel a María, la chica joven de Nazaret que fue escogida por Dios para ser la madre de Jesús. Ella no se podía creer el mensaje que estaba recibiendo y no entendía cómo podría quedar embarazada sin tener relaciones con ningún hombre. El ángel le aseguró que de su vientre nacería el hijo de Dios y el salvador del mundo, pero además también le dijo que del vientre estéril de Elisabet nacería Juan el bautista. Por ese motivo el ángel le recordó a María que para Dios no hay nada imposible.
Desde la primera página de la Biblia hasta la última, podemos ver a Dios realizando cosas realmente increíbles y sobrenaturales. Si lees las Escrituras con fe, llegarás a la conclusión que para Dios no hay nada imposible. Él hizo el mundo en seis días, abrió el mar, derrumbó las murallas de Jericó, resucitó muertos y muchísimas cosas más. Es muy claro y evidente que Dios es todo poderoso y que no hay nada difícil o imposible para Él. Esto es algo que cualquier cristiano tiene que creer en su corazón.
Lo realmente curioso es que todo cristiano cree que para Dios no hay nada imposible pero luego, sin embargo, vivimos afanados, con ansiedad, preocupación y temor en el corazón cuando tenemos una situación complicada. De nada sirve saber que para Dios no hay nada imposible y luego no creerlo cuando estamos atravesando una dificultad en nuestras vidas. Necesitamos creer en la poderosa verdad que nos ofrece este maravilloso versículo. Necesitamos aumentar nuestra fe meditando en esta gloriosa realidad. Para nuestro Dios no hay NADA imposible. Creer esto siempre debe producir, seguridad, gozo y paz en medio de cualquier situación.