Lucas 16:13

Lucas 16:13 “Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”.

El corazón tiene un trono y en ese trono sólo hay lugar para un solo señor. Cada ser humano tiene que decidir a quién le cederá el trono del corazón y aquel ídolo o señor que ocupe el trono, será el dueño de todo nuestro ser. Jesús dijo muy claramente que no se puede servir a dos señores ya que, en los momentos cuando tengamos que elegir a quién seguir y obedecer, terminaremos amando a uno y aborreciendo a otro.

Muchos de los ídolos de este mundo tratan por todos los medios de seducirnos para captar nuestra atención, enamorarnos y conquistar el trono de nuestro corazón. Entre todos los ídolos que existen, sin lugar a dudas, uno de los más fuertes que podemos tener es el ídolo del dinero. El dinero es un dios que nos ofrece poder, fama, alegría y seguridad. Por ese motivo, las personas de este mundo anhelan tener dinero y realizan locuras para tener cada vez más. Muchos caen en el engaño del dinero y piensan que a través de este ídolo podrán llenar todos los vacíos que tenemos en el alma.

No podemos servir al dinero y a Cristo ya que son completamente opuestos. Aquellos que aman y sirven al dios del dinero terminan enredados en el reino superficial y vano de este mundo. Por el contrario, aquellos que aman y sirven a Cristo, estarán completamente enfocados en Dios y en su reino eterno. Vigilemos, protejamos y guardemos en todo momento el trono de nuestro corazón, porque constantemente el dios del dinero y otros muchos dioses tratarán de quitarle el lugar que sólo le corresponde a Jesucristo.