Lucas 24:45

Lucas 24:45 “Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras”.

El último capítulo del evangelio de Lucas termina contando todo lo que sucedió tras la resurrección de Jesús. La piedra fue removida y el cuerpo no se encontraba en el sepulcro. Unos discípulos que regresaban tristes hacia Emaús, estaban caminando con Jesús resucitado, pero no lo reconocían. En varias ocasiones se nos dice que sus ojos estaban velados, por ese motivo no identificaron a Cristo. Sólo en el instante que sus ojos fueron abiertos pudieron reconocer a Jesús y en ese preciso instante desapareció.

Cuando Jesús se presentó ante sus doce discípulos también tuvo que abrirles el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras y entendiesen que todo lo escrito se estaba cumpliendo a través de la resurrección. Estos acontecimientos nos recuerdan la condición espiritual en la que nos encontramos todos los seres humanos. Debido a la depravación del pecado nuestros sentidos espirituales están completamente atrofiados. Podemos oír, tocar e incluso ver a físicamente Jesús y aun así no creer en Él.

Todos necesitamos que la persona del Espíritu Santo abra nuestros ojos espirituales y nuestro entendimiento para que podamos comprender correctamente las Sagradas Escrituras. Cuando entendemos espiritualmente la palabra de Dios, de repente, nuestros ojos contemplan la belleza del Cristo resucitado y nuestro corazón es transformado por el poder del evangelio. Si crees en Jesús y en la palabra de Dios, celebra que tienes sentidos espirituales para disfrutar de una relación personal con Cristo. No olvides nunca que antes éramos ciegos y ahora, por la gracia de Dios, vemos y creemos en Jesús.