Lucas 6:46

Lucas 6:46 “¿Por qué me llamáis Señor, Señor y no hacéis lo que yo os digo?”.

Personalmente creo que uno de los temas más importantes y necesarios sobre el que tenemos que predicar, compartir y reflexionar es sobre el Señorío de Cristo. Es triste ver a muchísimas personas que dicen ser cristianos pero sus vidas no muestran los frutos de una verdadera conversión. Es imposible creer y afirmar que somos discípulos y seguidores de Jesús, pero luego en la práctica y en el día a día no tengo a Jesús como el Señor de mi vida.

Ser un verdadero hijo de Dios, entre otras muchas cosas, se demuestra obedeciendo toda la voluntad de Cristo. Si Jesús no es el Señor de todas las áreas de tu vida, si Cristo no es lo más valioso para ti, si Jesús no es el que lleva las riendas de tu corazón, puede ser que seas alguien que realmente no ha experimentado el poder del evangelio transformando todo tu ser. Si llamamos a Jesús Señor, eso se tiene que demostrar rindiendo nuestra voluntad a su señorío cada día. Jesús dijo: “el que quiera venir conmigo, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”.

Jesús también dijo claramente que “no todo el que le diga Señor, Señor entrará en el reino de los cielos”. Cuidado, porque muchos quieren a Jesús como el Salvador, pero no como el Señor de sus vidas. Cristo debe ocupar el trono de nuestro corazón, él manda a través de su palabra y nosotros obedecemos con gozo y por amor. No caigas en el error de inventarte un dios, una fe, una biblia, un cristianismo o un señor a tu medida. Sólo existe un camino hasta la eternidad y es Cristo. Sólo Cristo salva y sólo cogido de su mano, siguiendo su voz en obediencia podremos llegar hasta los brazos del Eterno.