Dad, pues a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Mateo 22:21
El Imperio Romano estaba presionando a la nación de Israel a través de abusivos impuestos. Por éste y otros motivos, los judíos anhelaban y esperaban la llegada del Mesías que los libertaria del yugo que los romanos habían colocado sobre el pueblo de Dios. Cuando Jesús se presentó como el Mesías que estaban esperando todos querían saber si él crearía una revolución social contra el Imperio.
Cristo por el contrario hace un llamado a someterse a las autoridades, pues ellas han sido puestas por el Padre. Nunca olvidemos que el Dios soberano es el que pone y quita Reyes. Un verdadero creyente debe someterse a las leyes del gobierno siempre y cuando estas no vayan en contra de la palabra de Dios. Esto es lo que significa la famosa frase: «a César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».
Como ciudadanos terrenales estamos llamados a cumplir con las leyes que nuestras autoridades terrenales pongan en cada país. Como ciudadanos espirituales estamos llamados a cumplir con las leyes que nuestra autoridad espiritual, El Señor, nos ha puesto en su bendita, sagrada y perfecta palabra. Sometámonos a Dios y a los hombres.