Nahúm 1:7 “El Señor es bueno, fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en él confían”.
El nombre de Nahúm significa “consuelo”. Este profeta en su libro habla principalmente de la condenación, la destrucción y el juicio que caería sobre la ciudad de Nínive. Por medio de su profecía advirtió a los pecadores sobre la justicia de Dios y alentó al pueblo hablándoles acerca de la misericordia, la gracia, la salvación y el consuelo que el Señor tendría con la nación de Judá.
Entre otras muchas cosas, Nahúm nos recuerda tres verdades que debemos tener presente y atesorar en lo más profundo de nuestros corazones. En primer lugar, se nos dice en el v.7 que el Señor es bueno. Sea lo que sea que esté sucediendo en este mundo o incluso en nuestras propias vidas, jamás podemos dudar de la bondad de Dios. En el momento que experimentamos injusticias o sufrimiento, nuestras mentes y el diablo tratarán de convencernos que Dios no es bueno, pero eso no es cierto.
El Señor es el único que puede sostenernos en medio de todas nuestras angustias. Él es nuestro ayudador y el que puede abrazar y restaurar el alma en medio del dolor, la enfermedad o la aflicción. Siempre que lo estemos pasando mal podemos correr hacia su presencia donde encontraremos refugio, gozo, paz y amor. Finalmente, el profeta Nahúm nos recuerda que Dios conoce, cuida y protege a todos aquellos que son suyos. Dios es nuestro Padre y Él jamás perderá a ninguno de sus hijos. Sea cual sea la situación que estés atravesando o te toque atravesar recuerda que estas verdades son las únicas que te pueden sostener en medio de la adversidad.