Nahúm 2:2 “Porque el Señor restaurará la gloria de Jacob, así como la gloria de Israel, porque lo arrasaron los saqueadores y estropearon sus sarmientos”.
Nahím describió a la perfección y con muchos detalles como sería el asedio, el saqueo y la destrucción total de Nínive. El Señor se dirigió a Nínive para que se prepararan para la batalla, pero también les advirtió que por mucho que se alistasen para la guerra, finalmente perderían. Para cumplir con sus planes, Dios usó a los medos y a los babilonios como enemigos contra Nínive.
A través de la profetizada derrota de Nínive, podemos ver un claro ejemplo de la soberanía de Dios en el cumplimiento de sus planes. Dios cumple siempre con sus propósitos sea de manera directa o indirecta. En ocasiones, Dios directamente actúa y otras veces Él usa situaciones externas, pero lo que debemos saber es que sea de una manera o de otra, finalmente los propósitos de Dios siempre se terminarán cumpliendo en este mundo y en nuestras vidas.
Desde una perspectiva humana, la caída de Nínive a manos de los medos y babilonios tuvo explicaciones naturales, políticas y militares. Sin embargo, tanto los medos como los babilonios fueron simplemente los instrumentos o herramientas que Dios usó para lograr Su propósito.
Leer estos acontecimientos en la Biblia y entender estas verdades debería de producir en cada uno de nosotros mucho gozo, paz y esperanza. Es realmente maravilloso saber que, a pesar de todo lo que nos pueda llegar a suceder, estamos bajo la atenta mirada del Dios que permite y orquesta todas las cosas para cumplir sus gloriosos propósitos en nuestras vidas. Necesitamos abrazar y meditar mucho más en las doctrinas de la soberanía y la providencia del Señor.