“Y la nube de Jehová iba sobre ellos de día, desde que salieron del campamento” Números 10:34
Es realmente precioso comprobar la fidelidad del Señor para con el pueblo de Israel. A pesar de la actitud negativa y pesimista que constantemente mostraban los israelitas durante el peregrinaje del desierto Dios se mantuvo fiel a su pacto y a sus promesas. El Eterno jamás los dejó ni los abandono, su presencia permanecía con ellos en todo momento por medio de la inmensa nube que los cuidaba, los guiaba y los protegía de los enemigos.
De la misma manera el pueblo de Dios en la actualidad disfruta de la fidelidad y la misericordia del Señor cada mañana en la que abrimos nuestros ojos. Ahora Dios no nos acompaña, nos guía y nos protege a través de una inmensa nube, aunque no lo creas los creyentes somos mucho más privilegiados que la generación del desierto ya que en nuestro interior habita la maravillosa persona del Espíritu Santo.
La gran mayoría de las veces no somos conscientes de todo lo que hace por nosotros y a favor de nosotros. Por medio del Espíritu de Dios nosotros tenemos la seguridad y la convicción que llegaremos hasta la anhelada tierra prometida que es el reino de los cielos. El Espíritu Santo nos aconseja y nos guía revelándonos la Palabra de Dios, nos libra y nos capacita para decir NO al pecado y a la tentación. Deseo que puedas ser consciente y que valores mucho más a la persona que camina contigo en cada paso de tu vida.