“Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra” Números 12:3
Hoy día muchas personas luchan y se esfuerzan por ser populares, tener éxito, seguidores en las redes sociales, obtener dinero, fama y ser conocidos en el mundo. Que bueno sería que fuésemos conocidos NO por las cosas que obtenemos y conseguimos sino más bien por nuestra identidad y por lo que somos. Esto fue lo que precisamente Dios dijo acerca de su siervo Moisés.
Cuanto me gustaría contar con el carácter que tenía Moisés y que Dios pudiera decir lo mismo sobre mi vida. Que importante y valiosa es la HUMILDAD y la MANSEDUMBRE. Tenemos que entender que Moisés no nació manso, él nació pecador como todos nosotros, además podemos ver como en el pasado él no era así ya que literalmente asesinó a un egipcio con sus propias manos. Pero a través de su encuentro con Dios y por medio de la paciencia que tuvo que tener con el pueblo de Israel el Señor fue moldeando y transformando su carácter.
Las virtudes como el amor, la misericordia, la paciencia o la mansedumbre no se reciben de la noche a la mañana. Este carácter piadoso va forjándose en nuestras vidas por medio de situaciones complicadas y teniendo roces con las personas que son completamente diferentes a nosotros. No debemos de olvidar que el creyente cuando esta lleno y controlado por la persona del Espíritu Santo puede y debe manifestar la mansedumbre que tuvo Moisés. Como dice la palabra de Dios debemos aprender del Señor Jesús el cual es manso y humilde de corazón.