Romanos 13:1

Romanos 13:1 “Toda persona debe someterse a las autoridades superiores, porque no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que hay, han sido establecidas por Dios”.
 
Al principio de los tiempos nuestra máxima autoridad era el Señor, Él era nuestro rey, Sus normas y Su voluntad eran buenas, agradables y perfectas. pero los seres humanos decidimos rebelarnos contra Dios y desde entonces vivimos bajo la autoridad de personas pecadoras. Aun así, Dios pide que cada uno de sus hijos seamos fieles y obedezcamos a nuestras autoridades ya que cada persona que ocupa un lugar de autoridad ha sido puesta por el Señor. Jamás debemos de olvidar que el Dios soberano es el que siempre pone y quita.
 
Nuestra función no es rebelarnos contra las autoridades establecidas por Dios, más bien la palabra nos enseña que debemos obedecer, someternos e incluso orar por sus vidas para que realicen su función de la manera más correcta. Aún el mismo Dios encarnado en la persona de Jesús se sometió a todas sus autoridades incluso cuando lo trataron con injusticia. Dios es el que ha establecido la autoridad tanto en el cielo como en la tierra. Oremos para que en todo momento seamos mansos y humildes ante nuestras autoridades.
 
Seguro que muchas personas no estarán ejerciendo bien su autoridad, pero aun así no tenemos derecho a rebelarnos porque a veces incluso detrás de las injusticias que experimentamos Dios utiliza estos momentos para tratar con nuestras vidas y nuestro carácter. Oremos por las vidas de todos aquellos que están puestos en lugares de autoridad para que puedan gobernar con sabiduría y temor de Dios en sus corazones. Finalmente, en medio de este mundo caído jamás podemos olvidar que dentro de muy poco regresaremos al jardín donde estaremos de nuevo bajo la cobertura del Rey bueno y justo.