Salmo 62:1, 10

En Dios solamente está acallada mi alma; De él viene mi salvación. Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas. Salmo 62:1, 10

En este Salmo aparecen dos salvadores, y todo hombre deberá escoger a cuál de ellos entrega su vida. Por un lado, se encuentra el Dios creador del cielo y de la tierra, el todopoderoso y eterno y por otro lado tenemos a mammón el dios de las riquezas, el dinero y la economía.

Realmente no somos conscientes como nuestra​s almas van buscando y confiando a veces en uno o en otro. Aún aquellos que somos Hijos de Dios en ocasiones creemos que en el dinero podemos encontrar la felicidad, la seguridad y la estabilidad que tanto anhelan nuestras almas.

El amor al dinero y el deseo de acumular pueden alejarnos de la verdadera roca que es el Señor. El dinero tiene su parte importante en nuestras vidas, pero no podemos hacer que toda nuestra existencia gire alrededor del dinero.

En este día te animo a meditar seriamente en el lugar que ocupa el dinero en tu corazón. Trata de escapar del lazo que en ocasiones te pone el dios dinero y acude totalmente libre al Dios de tu salvación. Por cierto, si quieres saber si eres libre del dios mammón, tan solo tienes que reflexionar si todo el dinero que tienes gira en torno a ti o si por el contrario eres generoso e inviertes en la necesidad de otros y en la extensión del Reino de Dios.