En el día de mi angustia te llamaré, Porque tú me respondes. Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; Afirma mi corazón para que tema tu nombre. Salmo 86:7 y 8
En ocasiones hay momentos donde nos sentimos solos y la angustia, la tristeza y el temor se apoderan de nosotros. Son en esas circunstancias donde nos encantaría contar con alguien a nuestro lado para poder animarnos, pero a veces solo nos queda Dios.
Debemos buscar y clamar en primer lugar a aquel que jamás nos falla y nos abandona. Pedirle al Señor que nos muestre su camino que por cierto muchas veces no es el nuestro.
Solo cuando conocemos la verdad de su palabra y andamos en sus consejos podemos sentir como nuestro corazón se fortalece y se afirma en Dios.