Zacarías 1:4

Zacarías 1:4 “No seáis como vuestros padres, a quienes los primeros profetas clamaron: Así ha dicho el Señor de los ejércitos: Volveos ahora de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras; pero ellos no atendieron ni me escucharon, dice el Señor”.

El propósito principal del libro de Zacarías es animar al pueblo de Dios a vivir en victoria y servir con diligencia al considerar las bendiciones que el Señor les había dado y había prometido. Zacarías comienza realizando un llamamiento al arrepentimiento y concluye con una advertencia a no ignorar la palabra de Dios como hicieron las generaciones pasadas.

Una de las palabras claves a lo largo de todo el Antiguo Testamento es “volveos”. Ésta expresión se utiliza siempre para hacer referencia al arrepentimiento. En esto consiste principalmente el arrepentimiento, en dejar nuestros caminos y volvernos hacia Dios. Si el ser humano no hace ese giro de 180 grados, entonces no habrá experimentado el verdadero arrepentimiento y sin arrepentimiento no hay salvación. Para que podamos volvernos de nuestros malos caminos, necesitamos que algo nos seduzca, nos enamore y nos conquiste, y ese no es otro sino Jesucristo. Cuando vemos la belleza de Jesús, nuestro corazón corre hacía él.

Para que podamos arrepentirnos de verdad necesitamos primero que el Espíritu Santo transforme nuestro corazón, cambie nuestros afectos y nos regale el don del arrepentimiento. Una vez que el Espíritu Santo hace su obra trayendo convicción de pecado y produciendo el milagro de la regeneración, somos nosotros los que debemos volvernos hacia el Señor. Necesitamos volvernos al Señor no sólo una vez para obtener la salvación, sino cada día para continuar creciendo en el hermoso camino de la santificación.