Zacarías 4:6 “Esta es palabra del Señor para Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho el Señor de los ejércitos”.
Esta palabra fue dada específicamente a Zorobabel, el líder civil, cuyo deber principal era el de supervisar la finalización del templo. Él debía tener muy presente y jamás olvidar que la obra de Dios no la podía realizar confiando en sus capacidades o en sus fuerzas físicas. Era la persona del Espíritu Santo la única que podía terminar con éxito toda la obra de Dios.
Estas palabras deberían llevarnos a todos los creyentes al terreno de la humildad. La iglesia y el pueblo de Dios sólo puede cumplir con la misión De Dios, contando y dependiendo en todo momento de la persona del Espíritu Santo. Las lámparas en el interior del templo ardían con aceite, de la misma manera la iglesia y nuestras vidas no pueden funcionar sin la persona y la llenura del Espíritu Santo. Debemos tener mucho cuidado para no poner nuestra confianza en cosas externas o en las capacidades de los hombres.
La iglesia no es una empresa que necesita técnicas o estrategias humanas para conseguir resultados. La iglesia de Dios crece y avanza por medio del poder del Espíritu Santo. Si dejamos a un lado al Espíritu estamos destinados al fracaso. Una iglesia puede contar con multitud de personas y con un programa atractivo, pero si el Espíritu no está presente, entonces todo será superficial y la presencia de Dios no estará en medio de su pueblo. Busquemos, confiemos y dependamos en todo momento de la maravillosa persona del Espíritu Santo, sin él no podemos conseguir nada en nuestras vidas ni tampoco en la iglesia del Señor.