Zacarías 8:8

Zacarías 8:8 “Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios en verdad y en justicia”.

A lo largo de toda la Biblia podemos ver claramente como Dios tiene un plan y un propósito principal: crear un único pueblo para la alabanza de la gloria de su nombre. Desde que la humanidad fue expulsada del huerto del Edén por el pecado Dios no ha dejado de tener gracia y misericordia para con su pueblo. En el Antiguo Testamento ese pueblo era la nación de Israel, pero ahora gracias a la obra de Cristo, ese pueblo está formado por personas de toda lengua, raza y nación.

El deseo de Dios es habitar en medio de su pueblo y Él ha prometido que eso un día sucederá. Todo aquel que se arrepiente de sus pecados y, con fe reconoce a Jesús como Señor y Salvador, es hijo de Dios y, por lo tanto, forma parte de su pueblo. Nosotros tenemos la esperanza y la seguridad que estaremos por toda la eternidad ante la presencia del Creador y del Dios tres veces santo.

Qué maravilloso es tener esta promesa anclada en lo más profundo de nuestro corazón. Saber que somos parte del pueblo de Dios nos ofrece gozo en medio del sufrimiento. El Señor está siempre a nuestro lado. Él a lo largo de la historia ha cuidado y sostenido a su pueblo, por ese motivo podemos tener paz en medio del caos que hay a nuestro alrededor. Nosotros podemos levantarnos cada día recordándole a nuestra alma que somos del Señor y que el Señor es nuestro.