Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes y gente santa. Éxodo 19:6
Gracias a la obra realizada por Cristo en la Cruz del Calvario ahora todos los creyentes tenemos acceso a la presencia de Dios sin intermediarios. Durante el Antiguo Testamento solo los sacerdotes podían relacionarse con Dios para luego comunicar al pueblo cual era su voluntad.
Pero ahora en este tiempo todo creyente nacido de nuevo por la obra sobrenatural del Espíritu Santo puede acercarse a Dios confiado como lo hace un hijo con su padre. En este tiempo de la historia de la humanidad Dios cuenta con un pueblo sobre la faz de la tierra que actúa como sacerdotes. Nosotros podemos y debemos acceder a la presencia de Dios para crear puentes con todas aquellas personas que aún no le conocen.
No solo tenemos el privilegio de acceder y comunicarnos con Dios, sino que también tenemos la responsabilidad de ser un pueblo Santo “apartado”. Todo Hijo de Dios tiene un llamado a caminar en la hermosa santidad. Debemos mostrar el carácter de aquel que nos eligió y nos llamó por medio de la santidad. Seamos SACERDOTES SANTOS para dar a conocer a Dios por medio de nuestras palabras y a través de nuestra conducta.