2º Crónicas 19:11 “Esforzaos, pues, y manos a la obra”.
El rey Josafat trabajó muy duro para poder traer la reforma a las diferentes partes del pueblo que tenían necesidad. Él animó a todos los judíos, jueces y sacerdotes para que se esforzaran y se pusieran manos a la obra. En ocasiones, para poder conseguir cambios y edificar todo aquello que se encuentra en ruinas, lo primero que debemos hacer es tratar de animar a las personas para que se levanten y edifiquen. Esto mismo fue precisamente lo que también hizo Nehemías cuando comenzó las obras en la ciudad de Jerusalén.
Si deseamos construir y edificar nuestras vidas, nuestros hogares y nuestra iglesia sobre la poderosa roca de la Palabra, necesitamos esforzarnos. Jamás conseguiremos nada si vivimos cruzados de brazos o malgastando el tiempo sentados en el sofá. No es momento de estar despistados con distracciones superficiales, necesitamos ponernos manos a la obra.
Medita en este día qué áreas de tu vida son las que necesitan urgentemente una renovación. No te acostumbres a vivir en medio de la rutina, deja la apatía, la religiosidad y la pereza. Levántate para la gloria de Dios, esfuérzate todo lo que puedas y recuerda que todo tu trabajo en el Señor traerá su recompensa.