2º Crónicas 18:13

2º Crónicas 18:13 “Dijo Micaías: Vive el Señor, que lo que mi Dios me diga, eso hablaré”.
 
En medio de muchos profetas que solo profetizaban y decían aquello que las personas deseaban oír, Dios levantó a un profeta llamado Micaías, el cual sólo hablaba todo lo que recibía de parte de Dios. Realmente, la función de un verdadero profeta consiste en transmitir con fidelidad el mensaje que ha recibido de Dios. Un profeta, a la hora de hablar, no puede decir lo que piensa o lo que siente su corazón. Además, la gran mayoría de las veces, los profetas traían de parte de Dios un mensaje de juicio y de exhortación, por ese motivo tenían que ser muy valientes para no caer en el temor a los hombres.
 
En estos momentos, lo que estaba sucediendo es que había muchos falsos profetas que tan solo decían aquello que los oídos deseaban escuchar. Pero en medio de todo este grupo, Dios levantó a un hombre llamado Micaías, el cual tenía muy claro que sólo hablaría las palabras del Señor. Este profeta era libre del temor a los hombres y estaba dispuesto a sufrir por la Palabra de Dios.
 
Hoy día, lamentablemente, también vemos a profetas, pastores y maestros que utilizan los púlpitos para decir aquello que las personas quieren escuchar. Hay mucho temor a los hombres y poco temor a Dios. Tenemos miedo de abrir con fidelidad las Escrituras y decir: “así dice el Señor”. Huye de las personas que tratan de alegrar tus oídos. Huye de las personas que no predican con fidelidad el Evangelio y la Biblia. Huye de las personas que en sus mensajes no confrontan ni hablan del pecado. Busca una iglesia donde se predique toda la Palabra sin temor a los hombres y ora cada día para que el Señor continúe sosteniendo y levantando a pastores, maestros y profetas que sean fieles a la voz de Dios.