1º Crónicas 21:8

1º Crónicas 21:8 “Entonces dijo David a Dios: -He pecado gravemente al hacer esto; te ruego que quites la maldad de tu siervo, pues ha actuado muy neciamente”.

El diablo tentó a David para que realizara un censo, esto consistía en contar a todas las personas que habitaban en el pueblo de Israel, el problema es que Dios en esta ocasión no había solicitado hacer ese censo. Pero David quizás influenciado por el orgullo y la confianza en el hombre decidió censar al pueblo escuchando antes la voz del diablo que la voz del Señor. Esta decisión trajo terribles consecuencias sobre el pueblo de Israel a tal punto que se nos dice que debido a este pecado, murieron setenta mil hombres a través de una peste.

Tras la acción del censo, el diablo estaba intentando llenar el corazón de David de orgullo y vanagloria. Al conocer el resultado del censo, fácilmente David podía caer en el terrible error de poner su alegría, su seguridad y su confianza en los números de su ejército antes que en el Dios todopoderoso. En ocasiones, cuando miramos y contamos todo lo que tenemos, nuestro corazón nos hace creer que lo hemos obtenido a través de nuestras fuerzas y capacidades. El corazón constantemente puede estar realizando un censo para alegrarse en el dinero, en la familia, en las propiedades o en los éxitos conseguidos.

Jamás debemos olvidar que separados del Señor nada podemos hacer. No podemos anclar nuestra confianza en el dinero, en los bienes físicos o en las personas. Todo en este mundo se tambalea y desaparece en un instante. No confíes en tu pequeño y diminuto reino, además recuerda que TODO cuanto tienes lo has obtenido gracias al Señor que es el que te da la fuerzas, la sabiduría y las capacidades para prosperar. Al igual que David, nosotros debemos aprender siempre a mirar, deleitarnos y refugiarnos única y exclusivamente en el Señor. Como dijo el salmista “en el Señor se gloriará mi alma”.