1º Crónicas 23:25

1º Crónicas 23:25 “El Señor, Dios de Israel, ha dado paz a su pueblo Israel, y él habitará en Jerusalén para siempre”.

Tras muchos años e incluso siglos de peregrinar por el desierto luchando sin cesar contra diversos enemigos, por fin el pueblo de Israel llegó hasta la meta. Dios les dio la paz que tanto anhelaban y en la ciudad de Jerusalén su presencia estaría para siempre. Sabemos que esta paz y estabilidad solo les duró un tiempo ya que los israelitas como siempre volvieron a rebelarse contra Dios. Por ese motivo, a lo largo de la historia, fueron varias veces cautivados por naciones paganas y dispersos por el mundo.

Esta es la triste historia del pueblo de Israel y de los seres humanos. Debido a nuestra rebeldía y pecado vivimos sin paz, somos peregrinos de este mundo y nos encontramos lejos de la presencia de Dios. Pero no debemos olvidar que este versículo nos muestra cuál es la meta que nos espera al final del horizonte a todos aquellos que hemos depositado nuestra confianza en Cristo. Si eres hijo de Dios tu meta en la vida es encontrarte cara a cara con Dios.

Hoy falta un día menos para que abandones el desierto de este mundo, cuando la muerte te visite y te robe tu último aliento cruzarás la frontera que te dejará por una eternidad en un lugar de paz donde se encuentra la dulce y maravillosa presencia del Señor. Dios ha prometido darnos paz y estar con nosotros para siempre. Si abrazas y crees de todo corazón en esta promesa podrás seguir luchando y avanzando cada día. Ánimo, no temas y se muy valiente, te aseguro que todo esfuerzo y sufrimiento valdrá la pena cuando por fin llegues a la meta.