1º Crónicas 26:1

1º Crónicas 26:1 “También fueron distribuidos los porteros”.

En el templo y en el culto a Dios no solo eran valiosos e importantes aquellos que dirigían las alabanzas, leían las escrituras, ofrecían los sacrificios o entraban en el lugar santísimo. También eran muy importantes aquellas personas que se escogían para servir en las diferentes divisiones del templo, los que colaboraban en cada una de las puertas que daban acceso al templo, los que se encargaban de las ofrendas y otros que servían en diversos oficios.

Qué triste cuando pensamos que los mejores puestos y cargos son aquellos que son visibles o que tienen autoridad e influencia sobre las personas. Todo lo que hacemos lo hacemos para Dios, no debemos olvidar jamás que el éxito para Dios es ser fiel donde Él te ponga y hacer lo que Él te pida. Necesitamos identificar cuáles son los dones y el llamado que tenemos de parte de Dios para servir donde sea. Todos formamos parte del cuerpo de Cristo, cada miembro del cuerpo es diferente, necesario y especial. Disfruta de tu don, tu llamado y del lugar en el que sirves a Dios.

Dentro de la iglesia local, todos aquellos que servimos realizamos una función preciosa para el Señor, nadie es más importante que otros. Entre todos trabajamos para exaltar a Dios. Valora y agradece de corazón a cada una de las personas que te reciben en la puerta con una sonrisa, aquellos que trabajan para que el culto esté en orden, los hermanos que limpian, los que preparan el sonido, proyectan las canciones, colaboran con el directo, atienden a los niños…
Sirve con alegría y como dice la palabra: haz todo para la gloria de Dios.