1º Crónicas 29:9

1º Crónicas 29:9 “Y se alegró el pueblo por haber contribuido voluntariamente; porque de todo corazón ofrendaron espontáneamente al Señor”.

Después de muchos reyes, años, guerras y sufrimiento por fin llegó el tiempo de paz y el momento en el que los judíos debían de comenzar las obras para la edificación del templo. Todo el pueblo de Israel tenía ilusión y alegría en los corazones, pero con ilusión y alegría no se podía edificar el templo. Un templo se edifica con trabajo, voluntarios, esfuerzo, dinero y recursos para los materiales. Por ese motivo, David hizo un llamado a todos los israelitas para ofrendar y la respuesta del pueblo fue algo increíble.

En este capítulo, se nos dice que el pueblo ofrendó voluntariamente, con alegría y con tanta generosidad que incluso dieron más de lo que se necesitaba. Esta es la actitud, la disposición y el corazón que Dios busca en cada uno de sus hijos. Debemos ser conscientes que la iglesia local, la iglesia universal y el reino de Dios no se construyen simplemente con alabanzas y oraciones. Para que la obra de Dios avance en este mundo se necesitan obreros y recursos.

Entre todos los miembros de la iglesia debemos ofrendar voluntariamente, con alegría y con generosidad para sostener a los ministerios, cubrir los gastos que se tengan en la iglesia y extender el evangelio a través de las misiones y los misioneros. Medita en como estás ofrendando y en cuánto estás ofrendando. No dejes que tu corazón ame, abrace y sea prisionero del dinero, se generoso, ofrenda cada semana con alegría y de manera voluntaria. Sin lugar a dudas donde mejor podemos invertir nuestros recursos y nuestros esfuerzos es en edificar la iglesia del Señor y extender su reino en este mundo.