1º Reyes 19:4

1º Reyes 19:4 “Luego de caminar todo un día por el desierto, fue a sentarse debajo de un enebro. Entonces se deseó la muerte y dijo: Basta ya, Señor, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres”

Después de una gran conquista espiritual sobre todos los profetas de Baal, Elías entró en el terreno de la depresión por temor a lo que la poderosa Jezabel podía hacerle a su vida. Este gran hombre de Dios tuvo tanto miedo que se nos dice que huyó al desierto donde literalmente deseaba la muerte. A través de este acontecimiento podemos ver lo inestable y vulnerable que somos. En ocasiones nos sentimos eufóricos, contentos y pletóricos, pero justo al día siguiente podemos sentirnos tristes, desanimados y con temor en el corazón.

Los creyentes debemos luchar muchas batallas en la mente y en el alma. Ninguno de nosotros estamos exentos de ser dominados por pensamientos y temores, todos en algún momento de nuestra vida podemos caer en el pozo de la depresión. Por supuesto que un cristiano puede pasar por la depresión, pero nosotros contamos con recursos espirituales y sobre todo con la ayuda del Señor. Este pasaje nos muestra perfectamente las diversas luchas que sentiremos los hijos de Dios a lo largo de nuestro peregrinaje por el desierto de este mundo.

Es muy interesante como Dios restauró y rescató a su siervo Elías. Le hizo descansar y alimentarse ya que lo físico está completamente unido a lo espiritual. El Señor le recordó su palabra, le regaló momentos en su presencia y sobre todo le levantó su mirada para que pudiera contemplar la grandeza, la belleza, el poder y la suficiencia de Dios. Solo poniendo en práctica estas pautas podremos salir del pozo de la depresión y ser libres de todos nuestros temores. Necesitamos cambiar en nuestra mente la mentira del diablo por la verdad de Dios que es la que nos hace libres. Cuida tu vida tanto física como espiritualmente y finalmente no dejes de fijar tu mirada en el Dios Eterno el cual camina contigo en todo momento.