1º Reyes 21:4

1º Reyes 21:4 “Acab se marchó a su casa triste y enojado, por lo que Nabot, de Jezreel, le había respondido: No te daré la heredad de mis padres. Se acostó de cara a la pared, y no quiso comer”.

El rey Acab deseaba tener las tierras de Nabot, pero este no estaba interesado en cambiarlas ni venderlas ya que eran parte de la herencia de su familia. Cuando finalmente todo este acontecimiento llegó hasta los oídos de la malvada Jezabel, idearon un terrible plan para asesinar a Nabot y quedarse con sus propiedades. Una vez más vemos con claridad la depravación en la que se encuentran los corazones de los seres humanos.

A través de esta historia podemos apreciar e imitar la actitud de Nabot el cual le dijo claramente al rey: “mi viña no está en venta”. A pesar de muchas propuestas e incluso amenazas este hombre de Dios no cedió y se mantuvo firme en sus convicciones personales. En ocasiones el diablo a través de los placeres del mundo también se presentará con la intención de negociar y seducirnos para que entreguemos, cambiemos o vendamos aquellas cosas especiales que Dios nos ha dado. Pero debemos ser radicales y decirle al diablo y a todas las personas que “nuestra viña no está en venta”.

Incluso el mismo Jesús tuvo que resistir en el desierto las diversas tentaciones que Satanás le propuso, pero en todo momento el hijo de Dios permaneció firme echando mano del poder de la palabra. Hermano y hermana, te animo y te invito a seguir peleando hasta el final para proteger tu fe en Cristo. Guarda y levanta un vallado sobre la preciosa viña de tu corazón. No dejes que nada ni nadie te robe tu identidad y la hermosa herencia que has recibido de tu Padre celestial.