1º Samuel 22:2 “Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres”.
Este fue el primer gran ejército que lideró el joven David. Escondido en la cueva de Adulam juntó a él se encontraba un grupo de afligidos, endeudados y personas con amargura de espíritu. En total cuatrocientos hombres que prácticamente podríamos decir que eran los marginados de aquella época, los desechos de la sociedad, los que no tenían presente, futuro ni esperanza.
Pero estos hombres que no valían nada luego pasaron a ser los valientes y leales soldados de David. Esta historia nos recuerda perfectamente en el estado en el que se encuentran las personas alejadas de Dios y como éramos cada uno de nosotros antes de conocer a Cristo. La cruz del calvario es la cueva de Adulam de todos aquellos que son miserables y desdichados. La cruz es el lugar de refugio donde podemos correr los afligidos, los amargados de espíritu y los pecadores para encontrarnos con el verdadero rey Jesús.
Cristo, al igual que David, no rechaza a nadie que acuda a él solicitando ayuda. Jesús dijo “el que a mí viene, no le echo fuera”. Da igual lo que hayas hecho y cómo se encuentre tu vida. CORRE hacia Adulam, CORRE hacia la cruz, busca a Jesús y serás completamente sanado, liberado y restaurado. Cristo también está levantando un ejército de hombres y de mujeres que han sido transformados por el poder del Evangelio. Recuerda que para aquellos que estamos en Cristo las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas.