1º Samuel 23:2 “Entonces David consultó al Señor: ¿Iré a atacar a estos filisteos? El Señor respondió a David: -Ve, ataca a los filisteos y libra a Keila”.
Una de las grandes diferencias que podemos apreciar entre el Rey Saúl y el Rey David es la DEPENDENCIA que mostró tener cada uno de ellos con el Señor. Saúl en varias ocasiones actuó según sus propios pensamientos, por el contrario, vemos como David consultaba constantemente con el Señor para saber qué debía hacer y cómo actuar en cada situación complicada.
La Biblia nos dice que no debemos apoyarnos nunca en nuestra propia prudencia, si deseamos que todas nuestras decisiones sean conforme a la voluntad del Señor lo primero que debemos hacer es conocer cuál es la voluntad del Señor. Son muchas las personas que toman decisiones en sus vidas dejándose guiar por impulsos, sentimientos o la voz interna del corazón, el cual como todos sabemos es completamente engañoso.
Necesitamos buscar al Señor y esperar que él nos muestre su buena, agradable y perfecta voluntad. Dios al igual que con David y sus otros siervos también nos ha dejado diferentes medios de gracia para que podamos conocer su voluntad y no estemos dando palos de ciego por la vida. Echemos mano de la oración, del ayuno, de las escrituras o del consejo de personas que sean sabias y temerosas del Señor. Consulta al Señor, espera con paciencia en sus tiempos, obedece su voz y todo te saldrá bien.