1º Samuel 8:20

1º Samuel 8:20 “Y seremos también como todas las naciones. Nuestro rey nos gobernará, saldrá delante de nosotros y hará nuestras guerras”.

Este fue uno de los grandes errores que cometieron los israelitas. Ellos deseaban tener un rey como el resto de las naciones cuando su reino era Teocrático ya que su poder residía principalmente en Dios. Literalmente cambiaron al Dios Eterno por el hombre, a la sabiduría por la necedad, al todopoderoso por la debilidad, y al poco tiempo comenzaron a cosechar terribles consecuencias.

Todo esto nos sucederá a cada uno de nosotros si dejamos de confiar en Dios para comenzar a confiar en los hombres torpes, inestables y débiles. El Señor es nuestra roca y fortaleza, los hombres cambian de parecer constantemente, pero Dios es inmutable, los hombres te fallan una y otra vez, el Señor es fiel hasta el final. No dejes nunca que en el trono de tu corazón se siente un hombre o una mujer por muy bueno que parezca. Ese trono le pertenece única y exclusivamente al Señor.

El pueblo de Dios es un pueblo y una nación completamente diferente al resto de las naciones de este mundo. Los hijos de Dios tenemos un rey, tenemos un reino, contamos con un glorioso propósito en la vida y avanzamos con gozo hacia la meta de la eternidad.