2º Crónicas 16:9

2º Crónicas 16:9 “Los ojos del Señor contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen un corazón perfecto para con él”.
 
El rey Asa aprendió la importante lección de saber que Dios lo observa y lo conoce absolutamente todo. Aquellos que somos creyentes, conocemos varios de los atributos de Dios y sabemos que Él es omnisciente y omnipresente, pero no necesitamos sólo entender y creer la doctrina y la teoría de las Escrituras, sin lugar a dudas, lo más importante y valioso es vivir conforme a lo que creemos.
 
De nada me sirve saber y creer que Dios lo ve todo si luego durante los minutos del día vivo ante la mirada del Santo de cualquier manera. No necesitamos tener una información o una verdad teológica en la mente, lo que realmente necesitamos es temor de Dios en lo más profundo del corazón. El verdadero creyente, el hijo de Dios que agrada al Señor, es aquel que vive Coram Deo (delante de Dios). Qué libres y felices seríamos si viviéramos en todo momento delante de la mirada de Aquel que nos ve.
 
Si desde que abrimos los ojos en la mañana hasta que los cerramos de nuevo por la noche, vivimos ante la mirada del Señor, lucharemos con el pecado de una manera completamente diferente. El que sabe que Dios lo observa, cierra sus labios ante la crítica, el chisme y la murmuración. El que camina ante la mirada del Eterno desea vivir en santidad para agradar a Aquel que lo está viendo. Cuando caminamos Coram Deo, dejamos nuestras máscaras y somos libres de la religiosidad. Medita y disfruta de la vida ante la atenta mirada de tu Padre Celestial, y recuerda: haz todo para la gloria de Aquel que te ve.