2º Crónicas 26:16

2º Crónicas 26:16 “Pero cuando se hizo fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra el Señor su Dios”.
 
La historia del rey Uzías, al igual que otras muchas historias, comenzó muy bien pero lamentablemente terminó realmente mal. Uzías fue nombrado rey con tan solo dieciséis años, al inicio de su reinado se dedicaba a buscar el rostro del Señor y su dirección, por ese motivo, Dios lo fue prosperando y dándole la victoria sobre todos sus enemigos, pero hubo un momento donde su corazón se enalteció y acabó en el terreno del orgullo y de la autosuficiencia.
 
Es triste, pero muchas veces, cuando Dios nos bendice y nos prospera, en vez de vivir en humildad y agradecimiento hacia el Señor lo que hacemos, por el contrario, es rebelarnos contra el Creador. Esto fue precisamente lo que hizo el ángel Lucifer en el cielo, lo que hicieron Adán y Eva en el paraíso y lo que hacemos todos los seres humanos aquí en la tierra. La soberbia y el orgullo es el camino que nos aleja de Dios y nos conduce hasta las puertas del infierno.
 
Si en algún momento de nuestras vidas atravesamos un tiempo de prosperidad, debemos tener cuidado para no poner nuestra alegría, confianza y seguridad en las bendiciones que tenemos. Nuestro corazón siempre debe estar anclado en el Señor, Él es la fuente y el dador de toda bendición, todo viene de su mano bondadosa y por ese motivo tenemos que ser humildes y agradecidos para con nuestro Padre Celestial. HUYE del orgullo y recuerda que Dios resiste a los soberbios y da gracias a los humildes.