2º Crónicas 29:9

2º Crónicas 29:9 “Santificaos ahora, y santificad la casa del Señor, el Dios de vuestros padres; sacad del santuario la impureza”.
 
El reino de Ezequías, podríamos destacarlo por las reformas religiosas que realizó para limpiar el templo y por la restauración del culto. Este hombre fue un faro en medio de un tiempo de mucha oscuridad y decadencia espiritual. De las primeras cosas que hizo fue abrir de nuevo las puertas del templo para que el pueblo tuviera de nuevo relación con Dios. Él animó y exhortó a todos los israelitas para que santificaran sus vidas, santificaran la casa del Señor y quitaran todas las impurezas que durante años se estaban permitiendo.
 
En pleno siglo XXI y en medio de nuestra generación, tenemos que orar para que Dios siga levantando a hombres y a mujeres que tengan el mismo coraje y la misma actitud que el rey Ezequías. Hoy, también se necesitan creyentes fieles que exhorten al pueblo de Dios a vivir en santidad y a santificar la iglesia de Jesucristo. Dios sigue buscando a personas que sean valientes y que se atrevan a quitar todas aquellas impurezas que el diablo, a través del mundo, está introduciendo en la amada iglesia de Cristo.
 
La Biblia habla y advierte claramente que sin santidad nadie verá al Señor. Es urgente y necesario que analicemos con seriedad cada rincón de nuestros corazones, pero también todo lo que se practica, se enseña y se permite dentro de las iglesias. Es importante que entendamos que las iglesias no le pertenecen a una denominación, a un pastor o un grupo de creyentes. Cada iglesia sobre la faz de la tierra ha sido comprada por Cristo y Él desea que su iglesia, hasta que regrese por ella en su segunda venida, sea restaurada y santificada a través de su voluntad revelada en la Palabra.