2º Crónicas 3:1 “Salomón comenzó a edificar la casa del Señor en Jerusalén, en el monte Moriah”.
En este capítulo se nos describe el lugar donde el templo fue construido, los materiales que se usaron, varios detalles sobre sus medidas, las figuras, las columnas… En ocasiones leemos estas partes de la Biblia y podemos caer en el error de pasarlas por alto o simplemente no darle importancia. Cada detalle que la Biblia nos presenta es valioso y tiene algo que enseñarnos.
Los materiales que se usaron, tanto el oro como el resto de las piedras preciosas, nos recuerdan la belleza y la santidad de Dios. Las figuras de las palmeras y las granadas, apuntaban a la abundante vida y a la fuerza que el pueblo de Israel podía obtener en la presencia de Dios. El querubín recordaba que los seres humanos, debido al pecado estaban alejados de la presencia de Dios y lejos del paraíso. También es súper interesante que el Templo se edificara en el monte Moriah que se encuentra en Jerusalén. Fue en ese mismo lugar donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac, pero Dios entregó un cordero que apuntaba precisamente a la obra que Cristo realizaría en la cruz en ese mismo lugar.
Es importante aprender a unir los puntos del Antiguo y Nuevo Testamento para que podamos entender el plan de redención de Dios. Cuando vayas avanzando en la lectura trata de investigar y de meditar, para que a través de cada uno de los libros de la Biblia puedas ver el amor, la gracia y la misericordia del Señor. Finalmente, todo señala, presenta y apunta a Jesucristo, nuestro amado Señor y Salvador. Coge tu lupa de detective y trata por todos los medios de encontrar el mensaje, la aplicación y las bendiciones que Dios tiene para tu vida detrás de cada página, de cada historia, símbolo o medida.