2º Crónicas 31:21

2º Crónicas 31:21 “Buscó a su Dios, lo hizo de todo corazón, y fue prosperado”.
 
El rey Ezequías realizó una gran renovación en el culto y además se dedicó a quitar toda la idolatría que el pueblo estaba abrazando y permitiendo, esto hizo que pronto el pueblo experimentase un precioso avivamiento espiritual. Ezequías se esforzó en buscar a Dios con todo su corazón y como consecuencia experimentó una preciosa prosperidad en su vida y en su reino.
 
El secreto para obtener la prosperidad de Dios, consiste en buscarle de todo nuestro corazón. Aunque es importante y necesario aclarar que la prosperidad de Dios no consiste en recibir dinero, fama o recursos. Lamentablemente, son muchas las personas e incluso las iglesias que tratan de buscar a Dios con la intención de obtener prosperidad material, por supuesto que Dios también prospera a nivel económico, pero su prosperidad va mucho más allá que darnos un trabajo o dinero para gastarlo en los placeres de este mundo.
 
Cuando buscamos a Dios y lo hacemos como Ezequías, con todo nuestro corazón, es entonces cuando recibimos la prosperidad de Dios en todas las áreas de nuestra vida. Dios nos ofrece la paz que sobrepasa todo entendimiento, el gozo que nos sostiene en medio de cualquier circunstancia, la esperanza que actúa como un ancla cuando atravesamos terribles tempestades… Todo esto y mucho más forma parte de la prosperidad que Dios tiene para cada uno de sus hijos. Aunque, sin lugar a dudas la mayor prosperidad y el mejor regalo que Dios puede darnos es a su amado hijo Jesucristo.