2º Crónicas 5:14

2º Crónicas 5:14 “Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria del Señor había llenado la casa de Dios”.
 
En el momento que se terminó toda la obra del templo, lo primero que hizo Salomón fue traer el arca del pacto. El rey sabía muy bien que lo más importante en el templo no eran los materiales, ni la grandeza del edificio. De nada sirven los templos y los hermosos edificios de cultos si en el interior no mora la presencia de Dios. Por ese motivo Salomón trajo el arca para que las personas pudieran disfrutar y experimentar la presencia del Eterno.
 
En el momento que los sacerdotes comenzaron a ministrar en el interior del templo tuvieron que detenerse porque la presencia y la gloria de Dios descendió con muchísima intensidad. Cuando Dios se manifiesta revelando su poder, su gloria, su hermosura y santidad el ser humano pequeño, débil y pecador no puede soportar su presencia. Su gloria se manifestó a través del cuerpo de Jesucristo, pero lo más sorprendente es que en este tiempo su presencia habita en el interior del templo de nuestro cuerpo.
 
De la misma manera que lo más importante en el templo de Salomón era el arca con la presencia de Dios debemos entender que lo más importante que tenemos en nuestro cuerpo es a la dulce y tierna persona del Espíritu Santo. Debemos cuidar mucho el templo de nuestro corazón para que cada vez más podamos sentir y experimentar la presencia y la gloria de Dios en nuestras vidas. Ora, lucha con el pecado y vive en santidad para que al igual que sucedió en el templo, la presencia de Dios llene y afecte todas las áreas de tu vida.