2º Reyes 19:5

2º Reyes 19:5 “Entonces oró Ezequías delante del Señor: Señor Dios de Israel, que moras entre los querubines, solo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra. Tú hiciste el cielo y la tierra”.

Ezequías se encontraba ante una situación realmente complicada: sus enemigos lo habían amenazado declarándole la guerra. Ante este terrible panorama, Ezequías decidió doblar sus rodillas y clamar al Dios eterno. Él sabía que no podía confiar ni poner su confianza en los ejércitos, en los carros, ni en los caballos; por ese motivo buscó con intensidad y pasión al único que realmente podía socorrerle. Además, si estudias la forma de orar de Ezequías descubrirás varias enseñanzas muy importantes y útiles para tu vida.

Ezequías reconoció su necesidad, por ese motivo clamó a Dios, se presentó ante el Señor con humildad, respeto y reverencia en su corazón. Junto con la oración también contó con la sabiduría y la dirección que solo ofrece la Palabra. Intercedió por su pueblo pidiendo perdón por los pecados y exaltó a Dios por encima de los otros dioses que existían en las naciones politeístas.

No solo es importante tener un tiempo de oración diario con el Señor, también necesitamos aprender a orar correctamente. En ocasiones pasamos meses y años orando de la misma manera sin evaluar si nuestras oraciones están bien enfocadas. Al igual que hicieron los discípulos de Jesús, necesitamos pedirle al Señor que nos enseñe a orar conforme a su voluntad. Te invito y te animo a meditar más en tu manera de orar. Piensa si en tus tiempos de intimidad con el Señor estás adorando, intercediendo, agradeciendo y utilizando las Sagradas Escrituras.