2º Reyes 22:2 “Hizo lo recto ante los ojos del Señor y anduvo en todo el camino de David, su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda”.
El rey Josías comenzó su reinado a la edad de ocho años. Este joven rey revirtió la situación deplorable en la que se encontraba el pueblo de Israel a nivel religioso y político. Tanto su padre como su abuelo habían realizado una pésima gestión durante sus reinados y por ese motivo el pueblo de Dios se encontraba a la deriva. El detalle más interesante es que Josías encontró una porción de las Sagradas Escrituras que había estado oculta durante años. Cuando la palabra de Dios llegó a su corazón fue transformado de una manera muy especial.
Muchos cristianos, a pesar de contar con varias Biblias de diferentes versiones en sus hogares, no la leen ni la estudian en profundidad cómo deberíamos hacerlo. Qué triste que la Biblia esté oculta cuando la podemos ver en la estantería del salón o sobre la mesita de noche. Una Biblia cerrada no sirve de nada, al igual que la pastilla que te sana tampoco sirve en el interior de la caja. Necesitamos leer, estudiar, meditar y obedecer la palabra de Dios todos los días de nuestra vida. La Biblia ofrece el alimento espiritual que necesitan nuestras almas.
No sé cómo es tu casa, ni cuantas cosas tienes en ella, pero te aseguro que de todo lo material que tienes en tu hogar lo más valioso sin lugar a dudas es la Biblia. No dejes que ese bendito y poderoso libro forme parte de tu decoración, no permitas que coja polvo, no lo muevas los domingos por la mañana cuando vas a la iglesia, no dejes que el diablo oculte la Biblia ante tu mirada. Al igual que hizo Josías, ama, escudriña, defiende y comparte la palabra de Dios. Si no lees la biblia, tu vida seguirá igual, pero si la lees, tu vida será transformada y bendecida de una manera muy especial.