2º Reyes 24:20

2º Reyes 24:20 “Vino, pues, la ira del Señor contra Jerusalén, hasta que los echó de su presencia”.

Un famoso dicho dice que “el que avisa no es traidor”. Dios durante décadas y siglos estuvo avisando y advirtiendo al pueblo de Israel a través de los profetas que si continuaban viviendo de espaldas al Señor llegaría un día donde sufrirían por las consecuencias de su rebeldía. Lamentablemente ese día llegó, la nación de Babilonia con el rey Nabucodonosor al frente se llevó cautivo a todos los judíos que vivían en la ciudad de Jerusalén. Los pecados de Judá finalmente dieron su fruto y el castigo del Señor comenzó.

El ser humano desde el huerto del Edén ha ignorado las diferentes advertencias que Dios ha dado a lo largo de los siglos. Adán comió del fruto y trajo la ruina espiritual a toda la humanidad, la generación de Noé se burló del diluvio y todos murieron bajo el agua, la generación de Sodoma desapareció bajo el fuego y nuestra generación sigue sin creer que dentro de muy poco Cristo regresará para poner el punto y final a la historia.

A todos nos encanta oír hablar acerca del amor, la misericordia, la bondad y la fidelidad del Señor, pero no podemos olvidar que la Biblia también habla muy claramente del juicio, el castigo y la ira de Dios. El evangelio es la solución para pecadores que se encuentran en manos de un Dios airado. Jesús ha venido a ocupar nuestro lugar, para cargar con nuestros pecados y salvarnos de la ira del Padre. Gracias a la obra de Cristo en la cruz del calvario nosotros tenemos la seguridad y la esperanza de vivir eternamente en la presencia de Dios. Celebra que a través del sacrificio de Jesús eres libre de la ira y ahora puedes disfrutar del abrazo y del beso de Dios.